lunes, 14 de octubre de 2013

La amenaza bélica de las hormigas (la permuta de la derrota).

Fascinante insecto la hormiga.
Hoy observé una fila de hormigas que recorría el baño. Hace algunos días descubrí a varias de ellas cerca de la rejilla de desagote y pensé que serían exploradoras que venían por los caños, con timidez asomándose al lugar.
Resulta que venían de otro lado.
Recorrí su destino y hallé a las más aventuradas próximas a la cocina, a una vuelta del zócalo y a pocos metros del estratégico tacho de basura. Las pisé con decisión y luego volví a la rejilla para verificar que se trataba de una patrulla atrevida, pero no era así.
La rejilla supuso un camuflaje perfecto para declarar su intención de hacer "patas anchas" en la vivienda. Una fila seria de hormigas recorría un camino que iba desde la rejilla hasta el patio, aprovechando la discreción que brindaban los artefactos del baño y una vuelta de pared, tras la puerta.
Más pisadas acompañaron la reflexión sobre la tremenda eficiencia de las hormigas como organismos. Cada pisotón bajó con la certeza de saberme maravillado.
Primero exploradoras van lanzándose a lo desconocido para buscar alimento y abrigo. Su recorrido es próximo, pues en breve retornarán para contarle a una compañera que siguen buscando, y ésta transmitirá el mensaje a otra hormiga que viene por detrás.
La siguiente hará lo propio y así el mensaje llegará hasta el "núcleo" (con seguridad hay un nombre para definir esto en la ciencia de las hormigas).
Allí se asignarán más recursos a la exploración enviando más hormigas a la línea, promoviendo así el alcance de la punta en el otro extremo.
Pisé y pisé, volví al baño y desandé el camino hasta la rejilla. Proseguí de nuevo hacia la cocina y volví rematando a aquellas que habían quedado extraviadas por la interrupción del mensaje. Varias veces lo hice, descubriendo más y más hormigas dispersas.
Pensé en la estrategia de cortar sus vías de comunicación, aislando sectores de la cadena. Descubro ahora que el mismo modo de funcionamiento se ocupa de restaurar el contacto con notable velocidad. En breve encontraré otra patrulla exploradora que busca alimento, abrigo y, ahora, cadáveres de hormiga.
He definido que debo comprarle una colonia de hormigas a mi hija cuando sea más grande para que observe lo fascinantes que son. Que sirva esto como pretensión de ese compromiso.
De hecho me he visto lidiando con el desastre que será cuando caiga y se rompa, llenando de hormigas mi casa y las cosas de mi hija.

De momento las detuve.

Pisé muchas y creo haber frenado la invasión uno o dos días. Tengo que comprar veneno para evitar que se propaguen.
Es la carrera armamentística a nivel insectos. Que Obama no se entere.

domingo, 29 de septiembre de 2013

El clásico de Madrid

Buenas. Inauguramos el blog y a ver que sale. Saludo a los ocasionales lectores. Gracias por pasar.

Real Madrid 0 - Atlético de Madrid 1. 28/Septiembre/2013
Mateu Lahoz amonesta a Diego Costa por sus protestas. | Efe

Tengo la impresión de que el partido lo ganó el jugador que metió la mano en el bolsillo del árbitro cuando éste iba a echar a Diego Costa de la cancha. Ese gesto, insólito y quizás propasado, valió los tres puntos para el Atlético.
El brasileño era el termómetro del juego y la defensa áspera del Madrid lo venía maltratando parejo. Ya subido al marcador y en estado de gracia desde bien temprana la temporada, todos tenían en claro que las mayores posibilidades rojiblancas pasaban por su partido, que parece es siempre rasposo e intenso, más allá del rival.
Estuvo a punto de irse a bañar antes por hablar de más. La intervención de sus compañeros y cierta piedad o vergüenza ante el castigo vivido lo salvaron. Esa jugada dejó dos mensajes definitivos para lo que quedaba (unos 30 minutos más o menos): era el fin de la impunidad (para ambos) y el Madrid necesitaría más fútbol y menos prepotencia para llevarse aunque sea un punto.
Allí comenzaron a evidenciarse dos situaciones también: el Atlético es un equipo echo y el Real aún no. Simeone, relativamente justo de recursos, armó un grupo a su medida al que ha convencido notablemente de lo que hay que hacer. Los merengues se debaten entre el músculo y el talento, apostando tanto adentro como afuera de la cancha en cuotas dispares a esa lógica. Las llegadas de Isco y Bale en la misma temporada un poco solventan la idea.
Entonces, Diego Costa, el hombre de la noche. Su perdón también fue su redención. Junto a él, un grupo interesante de jugadores bien balanceados en carácter, inteligencia, talento y también dureza: Koke omnipresente, Turán pensante, Villa con menos resto que en le Barça pero con mucho fuste y jerarquía, Gabi gran tiempista y un Filipe Luis talentoso que conoce muy bien el lateral izquierdo.
Particularmente me impresionó el turco. Liderazgo estratégico, gran sentido de la pausa y de lectura de lo que estaba pasando en el Bernabeu. El regaño a Costa post incidente con el referee parece haber brindado al delantero la luz que había extraviado a causa del juego propuesto por los defensores madridistas. Allí volvió el gran Diego al partido.
Tampoco están los blancos para mucho más ahora mismo. El gen Mourinho todavía inunda los modos. La idea de Carletto aún está en desarrollo y el nivel bajo de algunos de sus jugadores provoca que se busque solventar las varias carencias del equipo con más rigor que juego. Habrá que ver en qué deviene la cosa, si es que finalmente se termina de implantar el "a que juegan" los blancos bajo el italiano. Por ahora, no está claro y prima el hábito correoso desarrollado por el portugués.
En tanto, Simeone capitaneó el equipo desde el lado de afuera de la cancha como si estuviera adentro. Impresiona cómo se ha desarrollado en un técnico apenas distinguible de un (o del) jugador. Su mayor fuerte está en la buena lectura del contexto, pidiendo a los suyos la respuesta apropiada para cada situación durante el juego. La orden a Filipe de levantarse luego del murrazo, creo, de Arbeloa es claro ejemplo de esto. ¿Otra?, los gritos a Diego Costa, que se debatía entre su particular pelea con el árbitro y los defensores y las demandas del juego y el escenario. Supo claramente que perder la pieza era perder la reina y mandó los mensajes apropiados que mantuvieron al equipo siempre al tope de sus posibilidades competitivas. Eso es concentrarse en el juego. Ayer nadie quería ganar tanto como él.
El resto es un grupo muy convencido de ese tipo de liderazgo y bastante conscientes de su talento y de lo que pueden lograr jugando de esta forma. Saben bien de que van, sobre todo ante equipos que están obligados a ir al frente, ya sea por historia, localía o idea de juego. Su mejor rol es el de retador, y ahora mismo son muy eficaces jugándolo. En plan "comerse al contrario desde el vamos" parecen también ir bien: su registro perfecto en la temporada ya dice bastante al respecto.
Entonces y retomo, situación clave: Costa sobrevive para contarlo y es empujado a aliviar el calvario que estaba haciendo pasar al hombre de negro, que sirva la aclaración, siempre será miserable porque su rol lo es. A partir de la siguiente jugada comenzaron a caer las amarillas para los locales. Sin el permiso de raspaje y claramente sin juego para equipararlo los blancos parecieron claudicar, pero quedaba todavía un último manotazo bien interesante.
El gesto es de Ancelotti y puede leerse en clave esperanza para los madridistas. Con seguridad Isco es quien más dará a este equipo, pero ayer y como están las cosas, leyó que la historia pedía músculo y envió a Morata por el ex del Málaga, que ya estaba agotado y no había logrado asociarse mucho. Apuesta más directa, menos elaboración y más choque.
El joven delantero de entrada dejó su sello. La pelota se está yendo por línea de fondo. Miranda, defensor fiero, echa su carrocería sobre Morata a la vez que protege el balón que ya está algo lejos. La jugada no guarda mayor peligro y el empujón es casi innecesario. Morata recibe el empeñón y antes de que salga el balón devuelve la gentileza. Más innecesario aún esto, o no.
Aquí estoy, e interesantes credenciales para un pos-adolescente en la siempre difícil tarea de hacerse lugar en el Real Madrid de las compras millonarias. El juvenil fue de lo mejor en las últimas escaramuzas y casi lo empata en modo héroe. El Atlético, que desde ya sabe raspar porque es equipo de Simeone, supo también que tendrían un problema que no se escondería por los gritos, e iban a tener que correr hasta el último aliento. Reserva de fuerzas, atrás y tratar de llegar en una contra.
Con la certeza de que en los choques se definiría la cosa tiró el Madrid de pelotas divididas y a pelear la ganancia de los pescadores. Anduvo cerca, porque los suyos son los mejores pescadores del mundo, pero no alcanzó y los puntos se fueron a los rojiblancos.
Positivo para los blancos: Ancelotti parece saber bien donde está parado, aunque no ha logrado todavía armar su sistema y desarmar el de Mourinho. Para el Atlético, con esta convicción, son cosa seria en todos los frentes. Habrá que ver si hay resto para sostener lo mucho que se jugará.